de poliestireno – suelen utilizarse cuando se requiere un revestimiento de naves ligero y relativamente barato, con buena rigidez y aislamiento térmico; sin embargo, su resistencia al fuego no es muy alta, lo que puede contraindicar su uso en algunas naves, por ejemplo, las destinadas al almacenamiento de materiales peligrosos;
lana de roca – gracias a sus propiedades (incluida la incombustibilidad), tiene una resistencia al fuego muy alta – incluso EI 240, por lo que se utiliza en instalaciones que deben cumplir estrictos requisitos de resistencia al fuego, por ejemplo, en almacenes de materiales inflamables;
de espuma de poliuretano PIR o PUR – se utilizan en instalaciones donde se requiere una alta resistencia al fuego – a nivel de EI 15-EI 60 (para paneles PIR – espuma de poliisocianurato autoextinguible sin CFC); tienen excelentes propiedades de aislamiento térmico (especialmente los de núcleo PIR), son más ligeros y finos que los de lana, lo que reduce los costes de transporte y montaje, agiliza la ejecución del revestimiento y puede reducir también los gastos relacionados con la explotación de la instalación;
híbrido de espuma aislante rígida de célula cerrada (aprox. 95% en volumen), con alto aislamiento térmico y gran resistencia al fuego, así como a los efectos del moho y otros hongos; gracias a su estructura cerrada, la espuma mantiene la estabilidad térmica, al fuego y mecánica en todas las condiciones ambientales y atmosféricas durante muchos años de uso -los fabricantes de este tipo de paneles ofrecen hasta 40 años de garantía sobre las propiedades aislantes de los productos-; el bajo peso de los elementos reduce los costes de instalación.
